El sector turístico y las estaciones de esquí intentan arrebatar la Federación de Montaña española a los ambientalistas
Unos 300.000 federados están llamados el próximo lunes a escoger el lunes que viene entre las candidaturas del actual presidente, Alberto Ayero, y la de Bernat Clarella.
Las elecciones a la comisión ejecutiva y a la presidencia de la Federación Española de Deportes de Montaña y Escalada (FEDME) que se celebran este próximo lunes han puesto de manifiesto el enfrentamiento entre dos sectores: el medioambientalista vinculado a la actual directiva, que lidera Alberto Ayora, y el de la candidatura de la oposición liderada por Bernat Clarella, que defiende las posiciones de varias federaciones regionales, cercanas a los intereses políticos y económicos de la explotación industrial de las actividades vinculadas al montañismo y a los deportes de nieve.
Según fuente de la FEDME en España hay cerca de 300.000 federados al organismo, lo que lo convierte en el quinto con más licencias de España. A ellos hay que añadir otras cerca de 600.000 personas que practican deportes de montaña a través de los más de 3.000 clubes de diferentes especialidades vinculados a alguna de las 19 federaciones autonómicas del Estado.
Precisamente, la celebración de los comicios ha estado precedida de varias polémicas por las diferencias entre algunas de ellas y la FEDME. Especialmente de la Federación de Montaña de Aragón, cuyo apoyo a la intención del Gobierno de esa comunidad de unir las estaciones de esquí de Candanchú y Astún a través del espacio natural de la Canal Roya se topó con la oposición frontal de la directiva de Ayora.
«Hay dos modelos: una federación limpia y transparente que fomenta la igualdad y la responsabilidad y el compromiso con la naturaleza, y otro que pretende perpetuar un modelo obsoleto cuyos vicios ocultos han trascendido con el proyecto de la Canal Roya», asegura el actual presidente.
Origen glaciar
La Canal Roya es un valle de origen glaciar al que da nombre el río que lleva esa misma denominación, ubicado entre las comarcas de Jacetania y el Alto Gállego, y que conforma una reserva natural y paisajística única entre los valles que forman otros dos ríos, el Aragón y el Tena.
El año pasado, el Gobierno de Aragón, con el impulso de Ibercaja y de las familias propietarias de las estaciones de Candanchú y Astún, propuso unir estas últimas mediante un ambicioso proyecto de infraestructuras que se financiarían con fondos Next Generation de la Unión Europea.