«Este año no me federo en la Federación Aragonesa de Montaña» ..,. Alberto Ayora Hirsch
Saltan las alarmas en el montañismo aragonés. Como recoge la noticia del Heraldo de Aragón el 21 de diciembre “Los seguros de montaña doblan el precio y los federados aragoneses se plantan.” Según se explica la subida se debe al “aumento de la siniestralidad en 2024”. En las redes sociales corre la voz “este año no me federo en la federación aragonesa de montaña”.
Primera reflexión, el aumento de la siniestralidad puede deberse a que efectivamente hayan aumentado los siniestros con cobertura y/o a que se hayan admitido partes de siniestros que no tienen cabida en el seguro contratado. En cualquier caso, la siniestralidad condiciona el seguro y el precio final, bien por frecuencia -número de siniestros-, bien por su intensidad -importe o gasto-.
Segunda reflexión, a la vista de las reacciones, en este 2025 serán muchas las personas que no se federarán en Aragón o buscarán otras alternativas; bien federándose en otras federaciones autonómicas de montaña, en otras federaciones españolas que cubran sus actividades -como la de espeleología- o contratando otros seguros deportivos. Incluso, federándose en el Club Alpino Francés (CAF), opción mucho más barata y con mejores prestaciones, que llevan años utilizando miles de españoles. Sólo en este 2024 el CAF de Orthez ha federado a 905 compatriotas. Son miles los montañeros y montañeras de nuestro país con seguro del CAF. ¿Es lógico? Para quienes buscan un seguro atractivo y que funcione, sin duda lo es. Pero ¿por qué no podemos ofrecer un seguro similar en España?
Creo que lo que estamos sufriendo en este año 2025 los montañeros y montañeras aragoneses requiere una profunda reflexión, y soluciones inmediatas. Veamos primero de qué estamos hablando, qué queremos cubrir y luego el cómo.
El deporte proporciona importantes beneficios, pero también implica lesiones y accidentes, lo que supone que los deportistas, tanto los que compiten como los que no, consideren contratar un seguro que cubra un posible rescate, un tratamiento, una rehabilitación o una indemnización. Los únicos que tienen obligación de contratarlo son los deportistas federados que participen en competiciones oficiales de ámbito estatal. El Real Decreto 849/1993, de 4 de junio, determina las prestaciones mínimas que deben estar cubiertas por las entidades aseguradoras. Si comparamos, por ejemplo, lo que se percibe como indemnización un alpinista por una lesión de tetraplejía en España, y lo que percibe en los países de nuestro entorno, las diferencias son escandalosas. En España percibe 12.000€ y en Francia 3.000.000€. ¿Es justo?
Los agentes que intervienen en el Seguro Obligatorio de Accidente Deportivo en la actualidad son las federaciones deportivas como tomadores, en su mayoría son las federaciones autonómicas y no las españolas. Además, las personas federadas como asegurados, el Mercado Asegurador, las Clínicas asistenciales y profesionales sanitarios, y la Administración pública. Es al Estado al que corresponde la fijación de las bases de ordenación y a las Comunidades Autónomas su ejecución; pero en mi modesta opinión no se ha contemplado todavía que también existe práctica deportiva fuera del colectivo federado, y la exigencia de este seguro únicamente a las personas federadas no tiene sentido en el momento actual, y puede considerarse incluso una discriminación hacia nuestro colectivo.
El principal objetivo del Seguro de accidente deportivo es ofrecer protección a la persona que practica deporte, y el Estado no está poniendo las herramientas para ello. Hay un colectivo muy amplio en algunas federaciones que no practican deporte competitivo, sino de ocio o tiempo libre. En nuestra federación solo compite el 5%. Además, más del 70% de quienes practican montañismo no están federados, y en bastantes ocasiones conlleva el mismo riesgo, o superior, la práctica deportiva no federada que la federada. Al menos cuidemos a las pocas personas que no competimos y nos federamos, para practicar actividades de montaña, sin estar obligados.
Desde que establecimos el Comité de Seguridad de la Federación Española de Deportes de Montaña y Escalada (FEDME) en 2015 y desde que me hice cargo de la presidencia de esta federación en 2021, tuvimos clara la necesidad de establecer medidas de prevención y de trabajar conjuntamente con las aseguradoras. En 2017 comenzamos a solicitar datos de los siniestros a las federaciones autonómicas. La Federación Aragonesa de Montañismo (FAM) nunca los proporcionó. La actitud y la información del deportista son claves en la determinación del riesgo en ese producto asegurador. Además, es realmente complejo que la aseguradora sea capaz de conocer la verdadera entidad del riesgo deportivo de cada sujeto y modalidad, lo que conlleva que muchas Compañías tan siquiera lleguen a cotizar estos seguros. El trabajo estrecho y profesional de las federaciones deportivas y las corredurías de seguro, año tras año, son fundamentales si queremos evitar problemas como el que ahora tenemos en Aragón. Y el problema puede ser aún mayor en los próximos años, puesto que las federaciones deportivas pueden no ser atractivas para las aseguradoras; y de hecho ya es así…
Quienes nos federamos, tanto los que competimos como los que no, nos aseguramos bajo el marco normativo de la Ley de Contrato del Seguro y del RD 849/1993, donde se entiende un accidente como la lesión corporal que deriva de una causa violenta súbita, externa y ajena a la intencionalidad del asegurado. Por ejemplo, una tendinitis y en general cualquier patología degenerativa no tienen la consideración de accidente a efectos de seguro y están excluidas de su cobertura. Sin generalizar, y muy probablemente en ocasiones por desconocimiento, no se ha dado un uso adecuado a las coberturas del seguro médico; no es normal el gran número de partes de accidente que se declaran a lo largo de las temporadas deportivas. A menudo, se viene detectando cierta “picaresca” y se han “colado” como siniestros casos no cubiertos. En los últimos años he visto un importante esfuerzo en algunas federaciones autonómicas para minorar el fraude, y es que solo un control exhaustivo por parte de las federaciones de los siniestros y de rígidos protocolos, hacen que el fraude esté en porcentajes mínimos.
Desde las federaciones podemos esforzarnos en informar y asesorar a las personas, controlar un uso racional del seguro, establecer protocolos de homologación de seguridad para garantizar la práctica deportiva, recabar datos fiables de las federaciones y las entidades aseguradoras y asistenciales, que permitan una constante autoevaluación. Pero hay que tener presente la realidad deportiva expuesta y que las compañías de seguros utilizan la ley de los grandes números para calcular primas y pagos, es decir agrupando el riesgo de pérdida entre un gran grupo de personas.
Hay federaciones deportivas en España, como es el caso de Real Federación Española de Golf, que gestiona y coordina todas las licencias de golf en España, aunque la cuota de la licencia pueda variar dependiendo de cada comunidad autónoma. Lo cierto es que hay factores tales como la orografía, las diferentes inversiones en instalaciones, los mecanismos de prevención, las especialidades que se practican, los costes asistenciales…, dan lugar a que las condiciones y primas varíen considerablemente. Pero al menos permiten absorber los siniestros entre todas, con base en algo que es trascendental y se llama solidaridad.
Le pregunto a una persona con casi 30 años de experiencia en el seguro deportivo por qué apenas hay federaciones deportivas españolas que sean las tomadoras del seguro. “Porque si el presidente de española tiene intenciones honestas y coherentes en los presupuestos, como creo que tienes tú, tal vez se pudiera cohesionar; pero sabes que no son todos así.” Su respuesta lejos de desilusionarme me estimula. Nunca debemos olvidar que, aunque haya quienes quieran mantener la gestión de los seguros, y que consideren lo más importante para ellos los patrocinios que puedan percibir, cuando hablamos del seguro deportivo nos estamos refiriendo a la seguridad y la vida de las personas.
Si volvemos a ser elegidos para liderar la FEDME otros cuatro años, volveremos intentar conseguir lo que no nos han dejado, y que reclaman muchas federaciones autonómicas y la mayoría del colectivo: una gestión global del seguro coordinada por la FEDME. Y seguiremos trabajando por la seguridad. Esperemos que triunfen la honestidad y la solidaridad, y que todos los presidentes y presidentas de las federaciones autonómicas colaboren y se impliquen. Es el bien común y el futuro del montañismo lo que está en juego.Incorporamos un articulo publicado recientemente en «El Diario de Huesca»